Función decorativa y educativa de los acuarios

acuario bonito

Los acuarios domésticos gozan cada día más de una difusión creciente, en parte porque su indiscutible belleza que fascina a un número cada vez más elevado de personas, y también porque la «necesidad de sentir la naturaleza» crece entre los ciudadanos de un mundo que cada día es menos «natural».
Hay quien decide instalar un acuario porque quiere tener, en algún rincón de la casa, un espectáculo siempre nuevo y variado. O también porque desea ampliar sus conocimientos sobre la biología de una especie de peces determinada, intentando obtener la reproducción en cautividad.
La persona que decide adquirir un acuario debe saber, por un lado, que este pequeño ecosistema le exigirá una notable dedicación y, por otro, deberá tener bien presente que los peces no son objetos de colores sino seres vivos.
El acuario marino requiere una meticulosidad en los cuidados diarios superior a la que necesita un acuario de agua dulce. El consejo para aquellos que nunca han tenido un acuario en casa es que empiecen con uno de agua dulce, que causa menos problemas, menos gastos y menos desilusiones.
El acuario marino tropical necesita menos dedicación que el acuario mediterráneo, ya que las especies de nuestro mar soportan mal las elevadas temperaturas de verano. A no ser
que se viva en una localidad de clima muy fresco o que se posea un refrigerador, resulta siempre más fácil calentar el agua que enfriarla.
A la hora de elegir las especies de peces que queremos para nuestro acuario no debemos limitarnos a mirar las fotografías, sino que tenemos que leer atentamente sus características biológicas. Los peces delicados y exigentes están reservados para las personas con una cierta experiencia, ya que de lo contrario se corre el  riesgo de sufrir un fracaso en la primera tentativa.
Los peces menos caros suelen ser los más robustos, y muchas veces su precio es más asequible porque se reproducen en cautividad y se crían de manera conjunta, en lugar de ser
capturados en sus medios originales.
Los errores inevitables en los que puede incurrir un acuariófilo han de ser valorados atentamente y deben servir de experiencia.
En el mundo actual, se habla mucho de ecología pero muy pocos conocen directamente los mecanismos ecológicos. Dedicarse a mantener vivo algún pez en un acuario puede
resultar mucho más instructivo que leer enciclopedias enteras de ciencias naturales.

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