¿Debería castrar a mi perro?

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Si no tiene una buena razón para hacerlo criar la mayoría de los veterinarios le dirán que sí, puesto que regularmente tienen que enfrentarse a las consecuencias de apareamientos accidentales. De todas formas todos conocemos perros que no han sido castrados que no muestran signos de frustración o mal comportamiento sexual. La castración se recomienda en algunos casos, como por ejemplo en los perros con problemas de comportamiento relacionados con hormonas   (agresión dominante), en que regularmente se mezclan con hembras y en perros con uno o los dos testículos sin descender, y que corren un elevado riesgo de padecer :áncer testicular. Aparte de esto, se trata de una decis¡ón particular.
Ventajas: Su perro no contribuirá a la superpoblación :anina; siempre hay más cachorros que casas disponi)les.

La castración no cambia la personalidad de los perros pero si se realiza antes de que sean plenanente adultos (a los dos o tres años) los tranquiliza y, por tanto, se podrán entrenar con más facilidad. Asimismo reduce su interés por el sexo opuesto y las malas conductas relacionadas con el sexo, a saber, levantar la pata en los muebles, engancharse a cojines y piernas, y vagar, aunque si estos hábitos ya los hubieran adquirido, la castración tendría que ser respaldada por un programa de readiestramiento. En muchos casos, se reduce la agresividad (a no ser que ésta esté basada en el miedo), la territorialidad y la sobreexcitación. Los perros castrados orinan con menor frecuencia y por eso no tendrán la necesidad de pararse continuamente para marcar cualquier poste. Un perro castrado no se siente frustrado por el olor de una perra en celo a la que no le dejen acercarse. La castración además elimina el riesgo de cáncer testicular, de adenoma anal (un tipo de tumor) y de hernia perineal (una hernia cerca del ano), y reduce el riesgo de problemas de próstata más adelante.
Desventajas: Aunque es cierto que la castración en muchos casos facilita las relaciones del dueño con el perro, ésta no debería ser considerada la cura de los problemas conductuales. La castración de aquellos individuos que son agresivos por miedo no hará más que agravar el problema. En determinadas razas de pelo largo, como por ejemplo el spaniel y el setter, la castración suele cambiar el pelaje generando uno más blando, encrespado y lanoso que necesitará más cuidados y puede no ser tan atractivo para algunas personas.
La castración la realizará un veterinario cualificado y los riesgos físicos son mínimos.
Algunos perros castrados son sexualmente atractivos para otros perros después de la operación, lo cual podría llegar a molestar al perro en cuestión y a su amo. Un estudio realizado confirmó que los castrados tienen más posibilidades de sufrir discapacidad cognitiva en la vejez que los machos enteros. La castración no engordará al perro (los perros guía suelen ser castrados y tienen que seguir estando en forma) pero sí ralentizará su metabolismo, y por tanto necesitará menos comida y más control en su dieta.

 

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