Actualmente tenemos acceso a toda una variedad de comida para perros enlatada, semihúmeda y piensos, incluso existen diferentes tipos en función de la edad, de la raza y del nivel de actividad; también existen comidas vegetarianas y bajas en calorías. Algunos prefieren cocinar comida fresca mientras que otros consideran que ninguna de estas opciones es
tan sana como una dieta «natural» a base de huesos y alimentos crudos (conocida por sus iniciales inglesas BARF, de bones and raw food). Con toda esta gama de productos, ¿cómo elegir bien?
Los perros son afortunadamente omnívoros que pueden crecer con una variedad de dietas. Hasta la posguerra la mayoría eran alimentados con las sobras y les iba bastante bien. La mayoría de las dietas comercialmente preparadas y de las dietas domésticas bien planificadas van bien a la mayoría de perros a no ser que tengan unas necesidades especiales o alguna afección médica como alergia al gluten. Si su perro es activo y alegre, su digestión es buena y su pelo está sano, puede estar seguro de que está disfrutando de una dieta equilibrada. Si la comida que le da es inapropiada, el propio perro le dará pistas como estreñimiento, descomposición, mal aliento o caspa en el pelaje. fluidos y flatulencia intestinal, etc. Cualquiera de ellas requerirá una revisión médica.
Acción: A la hora de elegir una dieta habrá que tener en cuenta la edad y el estilo de vida del perro. La comida especialmente formulada para cachorros es esencial para ellos, que necesitan nutrientes adicionales para su crecimiento; los perros mayores se beneficiarán de una dieta baja en calorías y fácilmente digerible. Las dietas de alto contenido proteico son apropiadas para los perros de trabajo activos; en cambio los más tranquilos necesitarán menos calorías y proteínas.
El ejercicio regular es tan importante como la dieta para la buena salud del perro.