Se trata de infecciones frecuentes, básicamente causadas por dos tipos de gusanos: los gusanos redondos o ascaris y los gusanos planos o tenias.
Los dos tipos son igualmente importantes y pueden causar problemas de salud destacables a nuestros gatos e incluso, en raras ocasiones, a sus dueños por contagio. La prevención y el tratamiento de los parásitos intestinales va a ser fundamental para la buena convivencia de gato y propietario, así como para el mantenimiento de un perfecto estado higiénico y sanitario de nuestra mascota.
La prevención tiene como objeto evitar el contagio de nuestro gato. Esto será posible impidiendo que tenga contacto con otros individuos infectados y controlando la alimentación, cuya salubridad debe controlarse y que no debe incluir la ingestión de carnes crudas.
El tratamiento se realiza mediante antiparasitarios administrados por vía oral, aunque en algunos casos es posible su administración mediante inyección. De todas formas, el mejor tratamiento será sin duda alguna la prevención mediante la administración de antiparasitarios trimestralmente, aunque el gato no manifieste ningún tipo de sintomatologia que pudiera hacernos pensar que estuviera parasitado. Nuestro veterinario nos aconsejará qué producto es el más apropiado entre la amplia gama que existe actualmente en el mercado.