A partir de los seis meses de vida, los gatos son sexualmente adultos, es decir, son capaces de aparearse y tener descendencia. Sin embargo, no es recomendable que la gata tenga su primer parto hasta transcurridos dieciocho meses, tras los cuales se considera que se encuentra totalmente formada y suficientemente preparada para un parto sin problemas.
Posteriormente a la entrada en celo, la gata aceptará al macho, el cual depositará sus espermatozoides en la vagina, con lo que se producirá la fecundación del óvulo. Los gatos tienen un alto grado de efectividad en la monta; la posibilidad de que la gata no quede embarazada después de la monta por parte del macho es realmente pequeña.
La gestación tendrá una duración de 58 a 70 días a partir del momento de la monta. Durante la gestación, deberemos tener en cuenta una serie de cuidados:
La alimentación deberá incrementarse a partir de la segunda o tercera semana de embarazo. Es preferible una alimentación con pienso de cachorro, sobre todo por su alto contenido en minerales y calcio, que favorecerán la correcta osificación de las crías.
Antes de la monta es imprescindible que hayamos desparasitado a la gata, ya que de este modo conseguiremos eliminar el contagio de los gatitos por vía placentaria de lombrices y tenias intestinales, que pueden ocasionar graves problemas en las primeras fases de la vida de los gatitos, e incluso pueden comprometer su vida.
Por último, recomendamos que la gata esté perfectamente vacunada, y a ser posible que haya pasado una revisión a cargo del veterinario para que éste certifique que su estado sanitario y corporal es ideal para poder llevar a cabo el embarazo sin ningún tipo de problemas.
Síntomas y confirmación del embarazo
Una vez realizada la monta por parte del macho, hemos dicho que hay muchas posibilidades de que nuestra gata esté embarazada. Para confirmarlo, no obstante, podemos detectar una serie de síntomas que confirmen nuestras sospechas.
La gata deja de aullar e interrumpe su celo al quedarse embarazada; aproximadamente al cabo de una semana, su comportamiento será más tranquilo. En ese preciso momento, el propietario debe ya ponerse en guardia, y es recomendable tener un primer contacto con el veterinario. No obstante, hasta pasados 21 días no se podrá confirmar el embarazo mediante ecografía. Con esta primera ecografía el veterinario analizará la formación de los fetos y si su crecimiento es apropiado, y ya podrá dar un número aproximado de los gatitos que van a conformar la carnada.
Normalmente se realizan dos o tres ecografías durante la gestación para el seguimiento de los cachorros, encaminadas a detectar anomalías a tiempo y poderlas solucionar con los mínimos problemas posibles. Mediante la ecografía se observará:
- La vitalidad de los gatitos: mediante estimulación manual, se induce el movimiento de los gatitos, que será evaluado por parte del veterinario.
- Visualización de diferentes órganos: corazón, estómago, hígado, vejiga, así como la arteria aorta. Esto tiene como objeto detectar cualquier malformación o problema por parte de alguno de los gatitos que pudiera complicar el momento del parto. Ello permite planificar con tiempo la solución a ese problema.
- Monitorización cardiaca del corazón del gatito. De este modo, veremos tanto su estructura como sus latidos. Este parámetro es especialmente importante, ya que si la frecuencia cardiaca del cachorro disminuye, ello significa que está sufriendo, lo que equivale a algún tipo de problema.
A partir de las cinco semanas ya se observa a simple vista el aumento del volumen de la barriga de la gata, juntamente con el crecimiento y cambio de tamaño y color de las mamas. Una vez se alcanza este punto, podemos preparar ya el momento del parto. Éste es sin duda el momento más temido y a la vez deseado por los propietarios; se mezclan los sentimientos de querer ver ya a los gatitos con la incertidumbre y el miedo a lo que pudiera ocurrir durante el alumbramiento.
Lanzamos un mensaje de tranquilidad, ya que si el embarazo es seguido por un veterinario es difícil que haya sorpresas. Como hemos comentado anteriormente, en caso que el parto no se haya producido transcurridos 58-70 días, incrementa-remos las visitas al veterinario para que este certifique mediante eeografía que no hay ningún problema y que la prolongación del embarazo es normal.
Justo antes del parto advertiremos que nuestra gata está más nerviosa de lo habitual, se encuentra incómoda, no sabe dónde ponerse, se muestra más cariñosa, se pasa horas yendo y viniendo, o cambiando su cama de sitio y acomodándola. Normalmente acompaña esta sintomatología con una reducción de la temperatura rectal, que disminuye hasta los 36,5 o 37 grados. Estas señales nos indican que el parto es inminente y que con toda probabilidad se producirá en las siguientes 24 horas.
El parto
Llegado el momento del parto, nuestra gata se comporta de forma nerviosa; no sabe qué le esta pasando, sobre todo si se trata de su primer parto. Durante esta fase de dilatación y primeras contracciones es recomendable estar ligeramente atentos: en menos de tres horas, aproximadamente, habrá salido el primer gatito.
No obstante, debemos ser cuidadosos y no interferir, dejando que la gata para tranquilamente, pues es ella quien mejor sabe lo que debe hacer en cada momento.
Cuando las contracciones aumenten de intensidad, la gata expulsará al gatito,rodeado de su correspondiente placenta, la cual es eliminada por la madre, en numerosas ocasiones a través de su ingestión. Por mucho asco que nos dé, no debemos evitar que la gata ingiera la placenta, ya que es un reflejo innato que contribuye a la bajada de la leche y a la correcta continuación del parto.
En caso de que el gatito no pueda ser expulsado deberemos acudir a nuestro veterinario para que intente su extracción, bien manualmente, bien mediante estimulación con medicamentos o, en última instancia, mediante cesárea.
Inmediatamente después del parto, recomendamos una revisión de la gata para asegurarnos que no ha quedado ningún gatito en su interior, que la bajada de leche es correcta, que los cachorros no presentan ningún problema y que la leche está en perfecto estado. Es importante también anotar el peso de los cachorros, para permitirnos un seguimiento semanal que certifique que el ritmo de crecimiento es el apropiado.
le he puesto una pipeta para parasitos externos a una gata que hace 4 días ha tenido gatitos porque le he visto 2 garrapatas bastante grandes y no puedo ir a buscar una especial para ella hasta 2 días ya k es fin de semana y me ha parecido k son demasiados días para tener esas dos garrapatas enganchadas tantos días, le puede pasar algo a los gatitos?