Para controlar el celo en la gata disponemos de dos tipos de soluciones:
- Médicas: aquellas que se basan en la administración al animal de productos que bloquean su ciclo estral, impidiendo la aparición del celo. Son fáciles y cómodos de administrar, pero pueden presentar algunos efectos secundarios.
- Quirúrgicas: aquellas que suprimen el celo de la gata mediante la extirpación quirúrgica, ya sea sólo de los ovarios o bien conjuntamente de los ovarios y la matriz. Pocos efectos secundarios nocivos, pero la gata deberá pasar por el quirófano.
Ambas soluciones tienen sus ventajas e inconvenientes, que es preciso que el propietario conozca para optar por la mejor opción en cada caso. No obstante, quien mejor nos puede asesorar es nuestro veterinario de confianza.
- La supresión del celo mediante medicamentos conlleva las siguientes ventajas:
- Bajo coste.
- Comodidad en la administración (opción de productos por vía oral o inyectables).
- Buenos resultados en la supresión del celo.
No obstante, también acarrea los siguientes inconvenientes:
- La administración del producto es de por vida.
Suprimir el celo mediante métodos quirúrgicos, conlleva las siguientes ventajas:
- Una sola intervención soluciona el problema de por vida.
- Permite prevenir futuras patologías de la gata, como piómetras, tumores mamarios o tumores o quistes ováricos.
- Pueden controlarse mucho mejor posibles complicaciones.
Los inconvenientes, por su parte, son los que siguen:
- Coste más elevado que los métodos médicos. Ésta es una afirmación discutible, pues si se suman todos los tratamientos médicos necesarios a lo largo de la vida de la gata, el gasto en medicamentos iguala o incluso puede superar el de la operación quirúrgica.
- Se somete a la gata a cirugía, lo cual siempre conlleva cierto malestar.
- Es necesario el uso de anestesia, que aunque es de duración realmente breve, sin duda siempre entraña un pequeño riesgo, prácticamente nulo teniendo en cuenta las técnicas y protocolo de actuación de los veterinarios hoy día.
Hay que profundizar en cada caso en particular, pues cada gata y cada propietario son un mundo. En primer lugar realizamos una entrevista con el propietario para establecer si es posible dejar que la gata siga con sus períodos de celo evitando actuación veterinaria alguna y procurando que no cause ningún malestar al propietario. Si se ha descartado esta opción, por experiencia solemos recomendar el recurso a la solución quirúrgica en edad temprana del animal, ya que así, además de los inconvenientes del celo, eliminamos en un 90% el riesgo de que la gata sufra tumores mamarios al llegar a una edad avanzada.
Respecto al tipo de cirugía a emplear, recomendamos la ovariohisterectomía (extirpación de ovarios y matriz) frente a la ovariectomia (extirpación exclusiva de los ovarios). El motivo de esta elección radica en que si se extirpan los ovarios no hay ninguna necesidad de que el resto del aparato reproductor continúe ahí, todo lo contrario, ya que podrían presentarse problemas más adelante derivados de dejar los cuernos uterinos «flotando» por el abdomen de la gata sin estar sujetados por los ligamentos ováricos, lo que podría originar torsiones uterinas o infecciones de matriz y numerosos efectos secundarios, que en muchos casos acaban con la gata pasando por quirófano por problemas en sus órganos reproductivos.